
Despertar sin lagañas
Cada vez son más los ciudadanos que se cuestionan –y con buena razón– los porqués y los cómos de los proyectos urbanos. Aunque ese despertar es alentador, todavía hace falta una buena espabilada: hay mucha confusión, confrontación, desinformación y verdades a medias que nublan la capacidad crítica de una sociedad que ha permanecido, en el mejor de los casos, expectante.