“El Sol de Monterrey” ya no resplandece, está tapado por una nata de partículas tóxicas. Mientras la ciudad se sigue sumergiendo en un peligroso cóctel, nos pareció necesario adaptar el poema de Alfonso Reyes a los nuevos tiempos.
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No cabe duda: de niño,
a mí me seguía el sol el smog.
Andaba detrás de mí Cubría todo de mícomo perrito faldero; un manto negrodespeinado y dulce, manchado de mugre,claro y amarillo: opaco y percudido:ese sol con sueño ese smog con dueño
que sigue a los niños.
Saltaba de patio en patio, Salía de CEMEX y del carro,se revolcaba en mi alcoba y hacía del Estado su alcoba.Aún creo que algunas veces Aunque lo denunciaban a veceslo espantaban con la escoba. tenía compradas a las personas.
Y a la mañana siguiente Vinieron gobiernos siguientesya estaba otra vez conmigo y pasaba otra vez los mismodespeinado y dulce, amañados e impunes,claro y amarillo: opacos y cínicos:ese sol con sueño ese smog con dueñoque sigue a los niños. persigue a los niños.
(El fuego de mayo (Y fue tanto el descarome armó caballero: que me cansé de verlo:yo era el Niño Andante, dicen que el aire no es el de antesy el sol, mi escudero.) pero ellos lo hicieron vertedero).
Todo el cielo era de añil; ahora es gris;toda la casa, de oro. ¿la culpa?, siempre del otro.¡Cuánto sol se me metía por los ojos!¡Cuánto smog respiramos por tontos!Mar adentro de la frente, Mas habemos algunas gentesa donde quiera que voy, que tapamos con un dedo el sol,aunque haya nubes cerradas, aunque haya evidencia clara¡oh, cuánto me pesa el sol! ¡oh, cuánto queremos tener razón!
¡Oh, cuánto me duele, adentro,esa cisterna de sol esta eterna discusiónque viaja conmigo! que acaba en lo mismo!
Yo no conocí en mi infancia mayor falaciasombra, sino resolana. que la que es regiomontana.Cada ventana era sol, Cada carro era objeto de amor,cada cuarto era ventanas. cada regulación una amenaza.
Los corredores tendían Los gobiernos proponíanarcos de luz por la casa. verificación a rajatabla.En los árboles ardían En los cochistas ardíanlas ascuas de las naranjas, la indignación y la rabiay la huerta en lumbre viva y la ciudad en mugre vivase doraba. se asfixiaba.
Los pavos reales eran Los autos y empresas eranparientes del sol. La garza causantes del smog. La farzaempezaba a llamear empezaba a llamara cada paso que daba. a cada excusa que se daba.
Y a mí el sol me desvestía Y ese smog nos desvestíapara pegarse conmigo, como una sociedad de mitos,despeinado y dulce, quesque valientes y entrones,claro y amarillo: pero en los hechos advenedizos:ese sol con sueño ese smog sí tiene dueñoque sigue a los niños. es de ellos, tuyo y mío también.
Cuando salí de mi casacon mi bastón y mi hato, con mi prisa y mi laptop,
le dije a mi corazón:¡Ya llevas sol para rato! ¡El cielo es un asco!Es tesoro Me culpo –y no se acaba,
no se me acaba– lo gasto. y me desgasto.
Traigo tanto sol smog adentro
que ya tanto sol respirar ya me cansa.
Yo no conocí en mi infancia mayor falaciasombra, sino resolana. que la que es regiomontana.
El smog de Monterrey
Luis Mendoza Ovando
18.feb.19