La emoción desbordada por la nueva planta de Tesla en México está nublando el juicio periodístico, con una prensa que asume como "maravilla" incuestionable la hipotética inversión.
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Elon Musk despierta lo mismo admiración que repulsión. Es una especie de héroe libertario en los confinamientos más conservadores del internet, un villano multimillonario en los progresivos.
Por eso no sorprende que en Nuevo León tenga el fanbase [casi siempre hombres con confusiones inclinaciones libertarias] y la clientela [consumidores que pueden pagar entre 1 y 2.6 mdp por un auto eléctrico] que tiene: es visto como el excéntrico genio que puede 1) superar a la NASA y colonizar Marte con SpaceX, 2) reducir de manera chic las emisiones contaminantes de la industria automotriz con Tesla, 3) re-imaginar la movilidad unipersonal con el disparatado Hyperloop y, más recientemente, 4) liderar la batalla cultural y generacional por la libertad máxima de expresión en 240 caracteres [o más].
«A lo largo de su historia, Tesla ha sufrido problemas de producción resultantes en parte de una dependencia excesiva de la automatización y una negativa a aprender las lecciones de otros fabricantes de automóviles. Como resultado, trabajadores de la fábrica de Tesla sufren tasas más altas de lesiones que el estándar de la industria, y Musk ha sido abiertamente anti-sindical al grado que la Junta Nacional de Relaciones Laborales de Estados Unidos encontró que violó la ley laboral al amenazar a los trabajadores con la pérdida de beneficios de acciones si se sindicalizaban.»
→ Extracto del libro “Road to Nowhere: What Silicon Valley Gets Wrong about the Future of Transportation“ [2022, Verso Books] de Paris Marx.
Entre ese fanbase regiomontano destaca el gobernador del estado, Samuel García.
Con varias crisis acentuándose en el incipiente “nuevo“ Nuevo León [agua, calidad del aire, movilidad e inseguridad], a García le urge un notición de esos que dan para agregar varias slides con gigacifras de inversión extranjera en el próximo informe de gobierno; el anuncio de la construcción de un nuevo estadio para Tigres o el inicio de los trabajos de las nuevas líneas del metro, no alcanzan para calmar los ánimos. Y aunque todo indica que lleva la delantera en la rebatinga política y mediática por la instalación de la nueva “gigafábrica“ de Tesla, Musk aún no le ha marcado al presidente López Obrador para confirmar la ubicación de su inversión*.
Desde finales de octubre de 2022, cuando Musk hizo una visita relámpago a tierras sampetrinas [porque se le fotografió en casa de García y, al parecer, más bien sobrevoló los aires de Monterrey], comenzó la rebatinga con tintes políticos —y hasta pseudo "ideológicos"— por ver quién puede garantizarle más por menos a Musk para atraer esa hipotética inversión de 10 mil millones de dólares.
Esa pugna, además, es mediada principalmente por el periódico El Norte de Grupo Reforma, con un periodismo que está alcanzando niveles de “híper-regionalismo activista“. Con titulares de portada que van desde la confrontación [«Busca 4T agandallar planta de Tesla en NL»] y hasta el entusiasmo desbordado [«Llega avanzada de Tesla... ¡a NL!»], la cobertura del periódico parece más una labor de convencimiento que de análisis.
Para la controversia más reciente que tiene que ver con los requerimientos de agua de Tesla en plena crisis, El Norte pasó del reconocimiento del problema en una editorial de M.A. Kiavelo [«AMLO» planteó en voz alta algo similar a lo que muchos en AyD se preguntan en voz baja: ¿cómo garantizar el agua y la infraestructura para abastecerla a Tesla?»] a una franca campaña de persuasión [«Una gigafactory consume muy poca agua...» y «Sobra agua tratada para surtir a Tesla»]. No queda claro si estos “esfuerzos periodísticos“ van dirigidos al público regiomontano para avivar la confrontación Federación-Estado, a los directivos de Tesla, al presidente y los otros gobiernos estatales para que le bajen a su “agandalle“, o simplemente son parte de la línea editorial del orgullo industrial regio.
Con el tema del agua es necesario hacer un paréntesis. El biólogo Antonio Hernández ha publicado en Twitter un par de análisis [1 y 2] cortos sobre la viabilidad de abastecimiento de agua para la hipotética planta de Tesla en Santa Catarina, Nuevo León. En resumen, Hernández señala que «no hay agua suficiente ni para la vegetación» y que hoy tampoco existe la infraestructura necesaria [«el tubo»] para llevar agua tratada a la hipotética ubicación de la planta.
En cualquier caso, llama la atención que en la cobertura mediática de esta rebatinga —tanto a nivel local como nacional— se ignora por completo hechos recientes de otras plantas de Tesla: mientras la prensa internacional cubre el tema de las condiciones laborales en Nueva York y Berlín, así como de las represalias de la empresa de Musk por los esfuerzos de los trabajadores por sindicalizarse, aquí la prensa o hace labor de venta localista o se limita a reproducir el espectáculo de dimes y diretes.
A la espera de la mentada llamada telefónica entre Musk y AMLO*, que supuestamente será para comunicarle al presidente de México su decisión sobre la nueva sede de su planta, la desbordada obsesión y ofuscación por Tesla está nublando el juicio periodístico. Más allá del fenómeno del nearshoring y de las potenciales oportunidades de inversión extranjera que esto representa para aliviar las dificultades económicas post-pandemia, buena parte de la prensa se ha enfocado en asumir como una “maravilla“ incuestionable la intentona de Musk por invertir en México.
La carrera por ver cuál gobierno y de cuál entidad estará dispuesta a brindarle todas las facilidades a Elon Musk y a Tesla, apenas comienza. Y por experiencias previas de inversiones de esta magnitud, está será una carrera por garantizar más beneficios por menos retornos: más terreno, más recursos naturales y mayor velocidad de instalación, por menores impuestos, remuneración de salarios, cuestionamientos ambientales y otras trabas “burocráticas“.
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*Actualización: El lunes 27 de febrero, el presidente López Obrador confirmó que la planta sí se instalará en Nuevo León.
Obsesión y ofuscación por Tesla
j. zertuche Fundador y editor de «contextual». Anteriormente: Residente Monterrey, en su última etapa bajo el lema “Acciones para una ciudad mejor”.
25.feb.23