'Notas y Recuerdos' — 3

Uno de los vicios más prominentes en el periodismo es la “entrevista banquetera”, una práctica que satura a las páginas de periódicos con declaraciones de políticos y funcionarios públicos. La declaracionitis funciona más como un chismógrafo de dimes y diretes que como servicio público.

Pues bien, a nivel local, la prensa regiomontana parece estar inaugurando un nuevo vicio: la reproducción de denuncias vecinales posteadas en redes sociales y grupos de WhatsApp.

Hay que decir que en este nuevo vicio importa la ubicación geográfica de las denuncias; el código postal es inversamente proporcional a la atención y seguimiento que reciben de la prensa. No sorprende que El Norte y ABC Noticias, así como los conglomerados (radio, tele y prensa) de Multimedios y TV Azteca estén más “comprometidos” con las quejas de un grupo de sampetrinos en torno a la regeneración de los parques que, por ejemplo, a darle seguimiento al proyecto del Viaducto Urbano Santa Catarina (cuya estructura pasará por encima de una parte del lecho del río).

Denuncias ciudadanas pueden ser retomadas por la prensa para iniciar una pieza periodística, pero no es el caso aquí. La cobertura de prensa en torno a la propuesta de instalar baños públicos en un parque, un debate que inició desde el clasismo vecinal, no difiere mucho de la “cobertura” de denuncias que hace un sitio amateur como Salvando San Pedro.

La vocación de El Norte claramente no es multimedia, pero de vez en cuando el periódico utiliza el recurso del video. En este caso, la videonota “Exhiben ‘valores’ en baños de San Pedro” podría pasar por un Facebook Live o video vecinal de no ser por el logo, la voz en off y el pedazo que rescataron de la sesión de Cabildo. Está bien que la voz del sampetrino pesa en El Norte (esos anuncios del suplemento Sierra Madre no se pagan solos), pero adornar una denuncia vecinal con un video “profesional” o con caracteres en una “nota periodística” no ayuda a ver las distintas aristas de este tema.

Legitimar el enojo para generar views y likes no es hacer periodismo… pero ya ni eso se logró del todo. Después de “inspirar” a la prensa local con media docena de notas, el propio grupo de Salvando San Pedro pidió atentamente a los medios que mínimo escriban bien sus notas. El colmo.

Después del bla-bla-bla y de disque dar contexto sobre la “controversia” de los baños en el Parque Bosques del Valle (utilizando el viejo truco de San Pedro es rico y sus baños están jodidos), sueltan así, sin más, esto: «Al corte del 4 de enero el municipio reportó una recaudación de predial de $9 millones 093,000 pesos». Al margen de su rarísimo estilo para el manejo de cifras, ¿qué tiene que ver el dato de la recaudación del predial? Si lo que querían era evidenciar que Municipio tiene dinero —y de sobra— como para tener baños miados y cagados y con papel sanitario colgando de un mecate, pues mejor hubieran utilizado a su Protágoras (la sección de trascendidos del periódico) para burlarse bien, en ese tono.

Ni una sola nota habla de espacio público, de accesibilidad universal, de los comentarios vecinales clasistas que originaron esto, de estudios (nacionales o extranjeros) sobre el tema, ni un apoyo de expertos, ni una cita del arquitecto encargado de la regeneración, ni un dato que valga la pena… nada. Basta con vivir en San Pedro, ser propietario de una casa, tener un teléfono y unas ganas de gritar reclamos sin filtro para “inspirar” a la prensa local a publicar lo mismito pero empaquetado en un portal “profesional”.

«Sé que está esperando esto. En la vida hay aciertos y desaciertos, pero siempre a usted le he hablado de frente con la verdad absoluta. Transparente y sin tapujos», dice María Julia Lafuente, la periodista que conduce el Telediario del mediodía en Multimedios. Junto al del “Arquitecto Benavides”, su noticiero es de los más influyentes (y sui generis) a nivel local.

«Eso nos caracteriza», continua el mea culpa frente a las cámaras mientras echa las manos hacia atrás para mostrar sus dos palmas bien abiertas. Este video ha sido cortado de su noticiero y ahora está posteado en su cuenta de Twitter. «Cometí un error y por ello pido disculpas…» es el texto que acompaña al tweet.

«Yo soy una mujer que me precio de tener valores inculcados por mis padres». Su voz es clara, alta y potente. El acento norteño golpeado no puede —ni quiere en lo absoluto— ocultarlo. «Mi vida laboral y personal busco conducirla por ese camino». Cada palabra va acompañada de una pausa, cada palabra es acentuada por sus ademanes (por si alguien dudara de la estridente solemnidad del momento).

«Ayer, pues al calor de una charla, como las que seguido tenemos en este espacio, cometí un error. Más allá de que mi persona ha sido objeto de burlas en redes sociales de forma continua…», y aquí es cuando vale la pena hacer una acotación para entender de qué va esta disculpa pública: en un momento de chacoteo con su co-conductor (momentos que abundan, de ahí lo sui generis), la producción del noticiero mostró un fotomontaje de una señora en un mercado con la cara sobrepuesta de la licenciada, a lo que María Julia se aventuró a seguir chacoteando: «Las manos no las tengo así: prietas, horribles, nacas».

En México la mayor parte de la población se autorepresenta con tonos de piel más claros porque se asocia con la riqueza. Por si hubiera duda, un estudio realizado por el Colmex revela que sí hay en los quintiles más altos personas con tez más clara.

«Nobleza obliga. Y por eso hoy quiero ofrecer una disculpa a esta mujer que no conozco y dañé sin dolo alguno», y entonces su disculpa como de niño enfurecido de cinco años se termina de dibujar. No entendió nada.

«Mis comentarios fueron desafortunados y por eso estoy aquí hoy, dando la cara, de frente, a nombre propio». Desde ese espacio dejó ver como algo menor el refuerzo de un discurso clasista que hoy es un problema estructural. En el norte la discriminación por color de piel representa una barrera dos veces más grande en la movilidad social que en el resto del país, de acuerdo con el estudio publicado por el CEEY en 2019. No es trivial y no es anecdótico.

«Gracias, como siempre, por su atención y su preferencia. A lo que sigue y hemos hecho por más de 43 años aquí en esta empresa: a informar. ¡Adelante!», finaliza su video.

Ahora bien, lo más fácil sería linchar desde el templete de la buenitud a María Julia y poco más. ¿Pero de qué serviría eso? Los jueces de los tribunales de Twitter hace mucho que dejaron de ver Multimedios y de no ser porque apareció en una cuenta de memes (@MtyOutOfContext), la declaración probablemente hubiera pasado desapercibida.

El problema radica en que la “verdadera” información, esa que construye lo que entendemos por “real”, ya ni siquiera pasa por las noticias sino por lo momentos de chacoteo. El estilo de martecitos de María Julia («oiga, ¿qué cree?», para anunciar cada nota) tiene el propósito de empatizar (¿?). A lo mejor la gerencia de Multimedios cree que con la noticia platicadita resbala mejor la comida —aunque es imposible ignorar la horrible barra de comerciales de hemorroides y pie de atleta a las dos de la tarde—, o que ese tono ayuda que “entendamos” que aquellos que nos dicen qué está pasando allá afuera son, en esencia, como nosotros y por eso son “confiables” y, además, son entretenidos.

Al margen que seguramente no pasará nada con el noticiero de María Julia, ni con sus “desafortunadas” dinámicas, habría que hacernos una pregunta: ¿Qué tan distinto es esto del periodista serio que aprovecha para hacer editoriales entre nota y nota? Nos molestó mucho que María Julia aprovechara ese espacio para decir una pendejada retrógrada, ¿qué tanto nos indigna que lo usen para hacer propaganda a favor o en contra del gobierno?

El periodismo en Monterrey prefiere decirnos qué pensar en lugar de en qué pensar y no parece que a nadie le preocupe demasiado.

En la mañanera del 17 de agosto, el presidente presentó propuestas para deshacerse del «avión que no tiene ni Obama». Las alternativas se cerraron recientemente con la ocurrencia de una rifa de 6 millones de cachitos. La auténtica rifa del tigre soltó las risas de los periodistas presentes porque, la verdad, es que pocas veces somos testigos de un retrato tan nítido del delirio.

Desgraciadamente en este país toda anécdota hace verano. La oposición hizo, pues, lo de siempre: proclamar el fin de la democracia y las instituciones; y los voceros de la 4T montaron complicadísimas estrategias de comunicación y pedagogía en una propuesta que suena a idea de borrachera a las tres de la mañana. Lo escrito por Violeta Vázquez-Rojas en El Soberano es de una soberana temeridad, casi proporcional a la idea del presidente.

Por lo pronto, Letras Libres convoca a un concurso de cuento para perpetuar la ficción: cuatro mil pesos a quien se atreva a seguir pensando en el avión después de que los memes ya agotaron el tema. Habrá que premiar la fuerza de voluntad de el o la autora.

Los ciclos noticiosos los sigue dominando AMLO, para mantenerse vigente lo único que tiene que hacer es doblar las apuestas cada vez que toma el micrófono en sus conferencias matutinas. La importancia de la agenda pública no recae en el peso propio de los problemas del país, sino en qué tan inéditos son capaces de volverse.

La historia que se está tejiendo no tiene que ver con el calado de las acciones, sino más bien con una búsqueda de irrepetibilidad y, siendo así, bien podemos reír, llorar o enojarnos, pero quizás sería más sabio sólo dejarlo ir.

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Notas y recuerdos es un espacio para masticar lo dicho y publicado en los medios de comunicación locales (o no). Ojalá y no nos leamos en la próxima entrega.