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13.may.2021

¿Cómo es posible que a su lado?

Cuestionarse la información que consumimos no es un hábito. Sin embargo, Luis Miguel: La Serie ostenta uno de los mejores giros de trama que se hayan visto: haber puesto a la sociedad mexicana en contacto con su lado inquisitivo.

POR Maximiliano Torres / Lectura de 18 min.

Cuestionarse la información que consumimos no es un hábito. Sin embargo, Luis Miguel: La Serie ostenta uno de los mejores giros de trama que se hayan visto: haber puesto a la sociedad mexicana en contacto con su lado inquisitivo.

Lectura de 18 min.

Los domingos por la noche en un país dividido por la desinformación, un sector de la opinión pública hace una tregua: la conversación en redes sociales se vuelca a la bioserie del más mítico de sus artistas pop. Pero a diferencia de la ronda de reseñas y memes que por inercia provocan los contenidos populares de streaming, lo que sucede es una investigación.

¿Cuál fue el paradero de su madre? ¿Su padre llevaba una pierna de jamón ibérico cuando lo vio por última vez? ¿A quién le dedicó La Incondicional? ¿A qué edad reconoció a su hija? ¿Fue realmente en Perú donde dañó para siempre su oído?

Al constatar fechas, anécdotas y rostros, la audiencia de Luis Miguel: La Serie (Netflix) es la promotora más improbable del fact-checking en una época de fake news. Contrastar datos sobre la serie es más entretenido que criticarla como obra audiovisual, restaurando en las redes (aunque sea brevemente) a la información por encima de la opinión.

Buena parte del impacto de Luis Miguel: La Serie tiene una explicación obvia. Sus niveles de audiencia (*), su tracción mediática, su dominio en redes sociales y la ebullición de su catálogo musical en plataformas son algunos de los efectos que se generan cuando un artista enormemente exitoso y eternamente elusivo nos cuenta la historia de su vida por primera vez y sin intermediarios.

*Nota: Netflix no publica sus ratings. Como referencia, la compañía Parrot Analytics que mide la audiencia a través del Big Data, estima que durante su temporada 1, en su último episodio, Luis Miguel: La Serie tuvo hasta 7.4 millones de ADEs, métrica global creada por la compañía que representa la demanda total de la audiencia de una serie dentro de un mercado y que refleja cómo la audiencia desea, sigue e interactúa, ajustando cada acción según su importancia, de manera tal que las descargas o streaming tienen un valor más alto que los comentarios o los likes en las redes sociales.

El único efecto masivo que no conocíamos del cantante era el de movilizar a miles de personas, fanáticos y no fanáticos, para hacer fact-checking de su vida y obra.

En México, cuestionar qué es verdad y qué es ficción en los contenidos no es hábito cultural. Tan sólo en materia de bioseries, bajamos la guardia sin sentir curiosidad por cómo se adaptaron a la pantalla las vidas de Juan Gabriel, Jenni Rivera, José José, Lupita D’Alessio, Alejandra Guzmán y Silvia Pinal.

Fue el 22 de abril de 2018 que la audiencia de Netflix encontró su nueva vocación dominguera: la verificación. Y es posible que una mujer haya sido la responsable.

Cuando Luisa Oceguera dice que no es tan fan de Luis Miguel, en realidad quiere decir que en los noventas le lloró a su primer amor de secundaria escuchando Aries y que fue a varios de sus conciertos (hasta que un día conoció a Pearl Jam y David Bowie). Abogada financiera y maestra de Historia, Oceguera es entusiasta de los datos históricos desde niña. Los hilos de Twitter le dieron otro sentido a lo que para ella siempre fue una pasión impopular. Desde su cuenta personal relataba con datos y anécdotas episodios poco conocidos de personajes de la cultura popular. Su audiencia era entusiasta aunque de nicho, hasta que un día, sin proponérselo, encontró la contraseña para hackear la conversación nacional: Luis Miguel Gallego Basteri.

“Así sin más, cuando salió la serie de Luis Miguel, me puse a escribir y para el segundo o tercer capítulo me decían: ¿y dónde está el hilo? Fue muy chistoso porque se convirtió en una tradición para compartir el fin de semana. Tuve que sacar otra cuenta porque en ese momento hacía los hilos en mi cuenta personal. Fue una locura porque en esa cuenta yo seguía a cero personas y de repente tenía 20 mil followers. Me di cuenta que había seguidores de España, Colombia, Ecuador, Argentina, interesados en leer y comentar”.

LUISA OCEGUERA, @ESADELOSHILOS EN TWITTER

Contrastando la trama de cada episodio de la serie con fotografías, anécdotas y referencias bibliográficas, los tweets de @esadeloshilos fueron cultivando un interés por los datos en una esquina del Internet en la que las series se aprecian con memes y opiniones absolutas.

Sus hilos se volvieron una tradición semanal en Twitter México, sirviendo de guía a los espectadores intrigados por las incógnitas de la serie, como el rol que jugó Luis Rey, padre del cantante, en la desaparición de su madre, Marcela Basteri. Una vasta mayoría de las series y películas exitosas a nivel global tienen en común la desaparición de una mujer bella e inocente. Y sin ser un thriller, Luis Miguel: La Serie de algún modo sigue ese patrón. En todo caso, la curiosidad del público no se limita a resolver un posible crimen, pues son material verificable: su familia, novias, amigos, su historial de salud, sus finanzas, la génesis de sus canciones, sus conciertos, la grabación de sus videos, sus portadas de revista, la procedencia de su guardarropa.

“Para mí, Luis Miguel es todo un fenómeno, te podría decir hasta antropológico. Los mexicanos somos muy especiales en muchas cosas, tendemos a dividirnos y cuando pasan cosas que nos unen, como un juego de la selección mexicana o algo que nos gusta a todos, me parece muy interesante. A Luis Miguel los vatos lo veneran, hay todo un grupo de hombres que lo ven como una cuestión aspiracional. Es mucho más que un cantante. Mantuvo super hermética su vida durante muchísimos años e interesaba a todo el país”.

LUISA OCEGUERA, @ESADELOSHILOS EN TWITTER

Más que convocar a una audiencia masiva en Twitter, Luisa se perfiló como una influencer de influencers, pues atrajo a un amplio rango de mediadores culturales que amplificaron su trabajo: líderes de opinión, editores de medios, periodistas, críticos, celebridades, artistas y creadores de contenido digital.

Su efervescencia como autora de hilos le valió una invitación a hacer El After, el podcast producido por Máquina 501 (la misma productora de El Pulso de la República, de Chumel Torres) que Grupo Fórmula eligió para inaugurar Fórmula Estudios, su división de contenidos digitales. En su primera semana, El After se apropió del primer lugar en el ranking de podcasts de Cine y Series de Spotify y Apple Podcasts. En esta emisión, junto a Romina Pons, Oceguera expande de 280 caracteres a 40 minutos de charla la desmitificación del Luis Miguel de Netflix. El grado de detalle con el que hace precisiones sobre el pasado del cantante ha puesto a la gente a especular que la de los hilos tiene acceso a información privilegiada o está a pocos grados de separación de gente allegada al ídolo.

Sus hilos son en gran parte una investigación de escritorio que toma entre tres y cuatro horas cada uno. Y a veces cuenta con el apoyo de uno que otro insider. “Si yo te dijera quiénes me escriben de cuentas verificadas y me dicen: te mato si dices que te lo conté yo, pero me muero de ganas de que lo cuentes”, confiesa.

Cuando la primera temporada de la serie se estrenó, en abril de 2018, Láurel Miranda era gerente de SEO en Milenio y no esperaba lo que estaba por venir.

“A mí personalmente me agarró en curva hace tres años, porque no esperaba que esa fuera ser la reacción de la gente. Cuando esto comenzó, lo que ocurrió fue que inmediatamente se elaboraba una nota sobre Luis Miguel, por la práctica que se suele hacer en los medios de comunicación, sobre todo por la parte de espectáculos. Pero esta nota la publicábamos no el domingo por la noche sino el lunes por la mañana. Y a pesar de salir tarde era una nota muy muy leída. En muchas ocasiones era lo más leído del portal en tiempo real”.

LÁUREL MIRANDA, SEO MANAGER EL HERALDO DE MÉXICO

Es una regla no escrita del periodismo de espectáculos que todo lo que suceda con Luis Miguel es material que desplaza a otras notas y exige su publicación inmediata. Ya conocíamos la fijación mediática relacionado a todo lo que el intérprete hiciera dentro y fuera de los escenarios, pero la nueva demanda de contenido sobre los detalles de su vida, a raíz de la serie de Netflix, superó a la oferta editorial.

“En función de esto comenzamos a elaborar una cobertura más amplia, mucho más en tiempo real. Pasamos de tener un contenido en los primeros capítulos de la primera temporada a lanzar cinco, seis, siete notas por episodio. Tanto en Milenio, anteriormente, como en El Heraldo, a lo que nos avocamos es a generar la mayor cantidad de notas posibles que permitan hacer una comparación entre lo que hay en la ficción y lo que ocurrió en la vida real, por llamarle de alguna manera”.

LÁUREL MIRANDA, SEO MANAGER EL HERALDO DE MÉXICO

Para la responsable de identificar y satisfacer las tendencias de consumo ahora en El Heraldo de México, ver cada episodio de Luis Miguel: La Serie cuenta como actividad laboral. Es así como anticipa qué aspectos de la trama serán términos de búsqueda en Google (o keywords) que deriven en contenido editorial. En su experiencia, este evento en la cultura pop mexicana es inédito.

“Lo único que recuerdo que llegó a ese furor en volumen de búsquedas y en tráfico de notas fueron el primer y último capítulo de la última temporada de Game of Thrones, porque la gente preguntaba cosas de utilidad, como ¿dónde puedo verla? o ¿a qué hora se estrena? Pero a lo largo de los capítulos, si bien había un volumen de búsqueda aceptable, no había tanta curiosidad. El consumo alrededor de la serie de Luis Miguel es brutal, sobre todo, creo yo, que en la temporada pasada. La serie ha sufrido un desgaste [en volumen de búsquedas] pero es mínimo, sigue dando mucho tráfico de notas”.

LÁREL MIRANDA, SEO MANAGER EL HERALDO DE MÉXICO

El año en el que la saga de los Gallego Basteri se estrenó fue un año electoral. Y mientras la audiencia miraba con lupa la historia del pop, Daniela Mendoza lo hacía en la carrera presidencial. Ella dirige Verificado, el medio de comunicación que desde 2017 combate la desinformación y analiza el discurso público en México. En los cuatro años que Verificado lleva impulsando esta causa, su labor no ha hecho intersección con temas de la industria del entretenimiento.

“Esto no tiene mucho que ver con soft news y hard news. Tiene que ver con aquellas cosas que tengan más potencial de ser dañinas si se desinforman. No se prioriza tanto el personaje, se prioriza qué es potencialmente más importante para el interés público: a veces puede ser salud, a veces puede ser seguridad, a veces puede ser política. La verdad no abordamos temas de entretenimiento o deportes porque estamos hablando de priorizar el interés público”.

DANIELA MENDOZA, DIRECTORA DE VERIFICADO.MX

Parte de la labor de Verificado es sensibilizar a la sociedad civil sobre el combate a la desinformación a través de conferencias, contenidos en redes sociales y campañas que alcanzan a un segmento entre los 25 y 43 años de edad.

En esta labor, así como en las clases de periodismo que imparte en la UANL y la Universidad Regiomontana, ha adquirido un entendimiento de la conducta de las nuevas generaciones como consumidoras de medios. En millennials y centennials percibe un gusto por el reto de encontrar información, además del reflejo de googlear toda aquella cosa que dudan o desconocen. Ellos, de entrada, saben dónde buscar.

“Creo que es un factor que no lo conocieron y tienen más acceso a la búsqueda. Recordemos que los millennials y centennials son las hijas y los hijos de aquellos súper fans de Luis Miguel. Crecieron con eso, seguramente lo escucharon toda la vida. Es una figura con la que crecieron. Es un ícono de Latinoamérica y ellos no llegaron a admirarlo como el profesional que es, pero sí entró a sus vida de un modo todavía más determinante, que es por medio de la familia”.

DANIELA MENDOZA, DIRECTORA DE VERIFICADO.MX

Debido a que Netflix mide su crecimiento en suscriptores y no en niveles de audiencia, no se sabe si este auge de fact-checking es atribuible a los nativos digitales. Sin embargo, en julio de 2018, el centro de investigación de medios HR Ratings Media indicó que durante los 13 domingos que fueron liberados los episodios de la primera temporada (entre el 22 de abril y el 15 de julio), la audiencia entre 45 y 54 años creció un 51%.

Hablando de diferencias generacionales... ahondar en la vida de Luis Miguel en tiempos previos al Internet implicaba, además de una metodología más difícil, sumergirse en una actividad riesgosa. En 1994, la periodista Claudia de Icaza fue demandada por el cantante por daño moral, difamación y calumnia luego de publicar una biografía no autorizada, exigiéndole una indemnización de 7 millones de dólares. Al cabo de tres años y medio el fallo del juez favoreció a Icaza.

Según declaraciones de la periodista, las revelaciones de su libro que la llevaron a los tribunales son parte de la trama de la serie. Hoy, cualquier usuario de redes sociales puede indagar los mismos temas sin hacerse acreedor de un citatorio legal.

Al ver la viralidad tan particular que ha adquirido la serie, Daniela Mendoza precisa que no todo en la producción original de Netflix es una cuestión de fact-checking. Sostiene que la verificación parte de dichos y hechos que tengan modo de hacer contraste, y lo que vemos en la serie es una reinterpretación de su vida. Son verificables sus conciertos, contratos, discos, giras de promoción. Lo que ocurre fuera de los escenarios y lejos de los reflectores entra en otro terreno.

“Su vida personal no tenemos la oportunidad de verificarla. No podemos saber exactamente el momento en el que Luis Miguel conoció a su hija. ¿Dónde está la base documental de eso? Ni siquiera con la fuente original, no podemos preguntarle a Michelle Salas cuándo conoció a su papá porque a lo mejor ni se acuerda. Era una niña. No sería verificación si no tienes evidencia; serían opiniones de personas que no están sujetas a verificación. Son subjetivas”.

DANIELA MENDOZA, DIRECTORA DE VERIFICADO.MX

Mendoza agrega que le encantaría que estas mismas habilidades de búsqueda que la audiencia está afinando las utilizaran para su propio consumo de información. Si bien este fenómeno no entra en sus temas de análisis, comenta que le da una visión de cómo generar mecanismos para que la gente se interese en el combate a la desinformación.

“Nunca vamos a lograr algo tan taquillero como Luis Miguel, pero a lo mejor sí podemos encontrar otros modos de motivar a las personas”, concluye.

Si bien no tenemos certeza de la cantidad de personas que han puesto en marcha —quizás por primera vez— habilidades de búsqueda y contraste de información, lo cierto es que Luis Miguel: La Serie ostenta uno de los mejores giros de trama que se hayan visto: haber puesto a la sociedad mexicana en contacto con su lado inquisitivo.

Llámenlo morbo. Llámenlo frivolidad. O una muestra de lo que puede pasar cuando, en vez de colocar a las figuras públicas bajo un reflector, las ponemos bajo el microscopio.

¿Cómo es posible que a su lado?

Escrito Por

Maximiliano Torres

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13.may.21

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