¿Cómo puede la ley amparar a un político de los chistes de un comediante? ¿Cuándo le dieron a esos el monopolio del circo? Ayno Joakin, reírnos de vez en cuando era de los pocos beneficios que nos quedaban por dejarnos llevar por la democracia.
Y es que el que la ley opere a favor de un político, alegando que fue violentado, se siente como si el sistema nos hubiera hecho otra vez trampa (sobre todo en un país donde la impunidad alcanza el 99.3 por ciento). Suena aún más incómodo cuando sabemos que el político en cuestión es priísta... o bueno, fue muy priísta por más de dos décadas y que ahora encabeza las encuestas para la gubernatura de Nuevo León desde la coalición de Morena, el partido de un presidente que destaca por su recalcitrante desacreditación de cualquier tipo de crítica.
Sin embargo, pasó y hasta se podría decir que estuvo bien que iniciara un debate al respecto.
Hay de comedia, a “comedia”
Clara Luz Flores, candidata por la coalición Juntos haremos historia, denunció al comediante Marco Alfonso Polo Guerra, Marco Polo, por violencia política de género ante la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (FEDE NL).
Luego de que el propio actor hizo del conocimiento público la denuncia, comediantes, políticos, detractores, simpatizantes y periodistas afilaron el teclado o el micrófono para lanzarse al terreno de la opinología express. ¿El consenso? “La piel delgada” de la candidata, que sienta un precedente peligroso para el ejercicio de la libertad de expresión y un apoyo incondicional al humor, la sátira y la comedia política.
Algunas de las conclusiones se lanzaron sin siquiera haber visto el material denunciado. De hecho, cuando circuló la noticia por primera vez, no estaba claro qué parte en específico o cuáles sketches estaban señalados en la denuncia; es fecha en que notas periodísticas no lo especifican y, además, el comediante sugirió que tuvo que “retirar videos” (en plural) de su canal, así que tampoco quedó claro si se retiraron todos los que aluden a Clara Luz.
A bote pronto, las primeras reacciones que circularon se referían al trabajo en general de Marco Polo, mejor conocido por encarnar a El Senathor, el personaje que satiriza a Samuel García, hoy candidato por Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Nuevo León. Y pues sí, ¿quién no se ha reído más de una vez con esos sketches? Las parodias que hace de Samuel García son divertidas y “defendibles”. Sin embargo, quienes no seguíamos los canales del comediante poco o nada sabíamos de la existencia de otros personajes parodiados... hasta que Victor Trujillo le dio vuelo a un sketch vía Twitter: el video muestra una parte en donde el equipo de Marco Polo parodia a Clara Luz y a Abel Guerra, político priísta y también ex-alcalde de Escobedo y ex-funcionario estatal en el periodo de Natividad González Parás y Rodrigo Medina y ex-candidato a la alcaldía de Monterrey y, también, esposo de la candidata.
A diferencia de los de El Senathor, ese sketch en particular sobre Clara Luz tenía algo que se sentía como forzado. Sin embargo, a ojos de quienes firmamos este texto, la misoginia no saltó como primera explicación y decir lo contrario sería mentira.
“La verdad es que me parece evidente que sí es violencia política de género, aunque se esté escudando en qué está haciendo una parodia y demás”, dice en entrevista Maria Santos, abogada y experta en temas de género. “Incluso hay quienes dicen que realmente lo que está haciendo es criticar a Abel Guerra, pero lo que está haciendo el video no es poner el foco en que Abel está mal, sino en ridiculizarla a ella como alguien que no piensa por sí misma, pendejeándola, diciendo que no sabe nada, que todo lo que hace es por el tipo. Y pues eso no es una crítica a él, y algo importante de esto es que no le está ridiculizando nada más en general, sino con base en estereotipos de género”, explica Santos.
En retrospectiva y, sobre todo, al tomar en cuenta en la discusión ese punto de vista, el sketch sobre Clara Luz ya no se sostiene sólo como un simple acto de comedia o parodia o sátira política.
En una entrevista de radio con Multimedios, Clara Luz alabó la comedia de Marco Polo, pero aclaró que «es importante dejar claro que la parte donde se hace ver que las mujeres somos incapaces de tomar decisiones, por el hecho de ser mujeres, es donde no debemos permitir (sic)», y agregó que se debe eliminar «la culturalización de chistes machistas».
En otra entrevista, esta vez con Julio Astillero a través de YouTube, el intercambio estuvo más áspero:
— Julio Astillero: ¿Por qué ir en contra de un acto de parodia como se hacen todos los días? Brozo le dijo al presidente de la república “pinche presidente”, dijo, “si no está para servir, no sirve para nada”. ¿Por qué ir judicialmente contra un acto de expresión de alguien como este joven Marco Polo?
— Clara Luz: Pues no es un acto de libertad de expresión, Julio. Es un acto de defensa de las mujeres, de la violencia en contra de las mujeres. Y no es un acto contra Clara, Julio, es un acto contra todas las mujeres, del 94% de mujeres de Nuevo León que vivimos algún tipo de violencia.
El tema se complica porque en las editoriales que se publicaron al respecto, con la bandera de la libertad de expresión, se le da carta abierta a la comedia para decir y hacer lo que sea. Y aunque no va del todo con esta inercia liberal, ¿no valdría la pena por lo menos entrar al terreno de las valoraciones del contenido de la comedia a la mexicana?
El periódico El Norte de Grupo Reforma no lo ve así, a decir por lo que publicaron en sus columnas de M.A.KIAVELO y FRICASÉ: